Tierra del palio. Tierra de santos. Tierra de orgullo y de alta cocina. Tierra de arte y de hermosos paisajes. Siena ofrece múltiples facetas, tantas como calles medievales.
Ven y descubre con nosotros qué ver en Siena y sus alrededores.
Esta plaza en forma de concha, única en el mundo por su forma y encanto, es el centro neurálgico de la ciudad, donde se asoma el Palazzo Pubblico, sede del Ayuntamiento, y la famosa Torre campanario del Mangia. Aquí es donde se celebra el Palio dos veces al año desde la época medieval.
Se trata de una de las iglesias góticas más bellas de Italia. La magnífica fachada representa sólo una pequeña parte de la belleza que alberga en su interior. Fueron necesarios 200 años y 40 artistas para completar el extraordinario suelo de mármol polícromo. El púlpito fue obra de Nicola Pisano y los frescos de la Biblioteca Piccolomini realizados por Pinturicchio. Imprescindible la visita a la Cripta que data del año 1200 y que no vio la luz hasta 1999, donde se conservan frescos y pinturas únicos en su género.
Junto al Duomo se encuentra el Baptisterio, construido en el año 1300. En el centro del edificio se encuentra la pila bautismal del cuatrocientos realizada por Jacopo della Quercia y con decoraciones en bajo relieve de varios artistas, entre los que se encuentran Lorenzo Ghiberti y Donatello.
El museo, destinado a las obras provenientes de la catedral, alberga la Meastà de Duccio di Buoninsegna, que durante un tiempo presidió el altar mayor de la iglesia, y la vidriera dedicada a la Ascensión. Pero eso no es todo: aquí podrás también ver obras de los autores Jacopo della Quercia, Donatello y Giovanni Pisano.
Lo que una vez fue un hospital y un refugio para peregrinos, hoy se ha transformado en un maravilloso espacio para muestras de arte y un museo para obras de grandísimo valor. Entre otras cosas, vale la pena visitar la sección dedicada a los Etruscos y a los hallazgos arqueológicos.
Si de verdad quieres conocer la Scuola Senese, en esta galería encontrarás cuadros de los mejores artistas de la región, incluidos algunos lienzos firmados por Duccio di Buoninsegna, Ambrogio Lorenzetti y Domenico Beccafumi.
Sus orígenes nos llevan al año 1226, cuando fue fundada por los Franciscanos tras la muerte del Santo. En su interior se encuentran obras de arte de gran valor firmadas por los hermanos Lorenzetti y fue aquí, cuando en 1730 desaparecieron y fueron encontradas varios días después, en misteriosas circunstancias, 351 hostias consagradas, que todavía hoy se conservan milagrosamente intactas en la iglesia.
